jueves, 27 de marzo de 2008

Realidades improbables de tiempos amalgamados

Italo Calvino no deja de fascinarme. Quizá preferiría que Irene fuese una de esas ciudades exóticas en las que muchachas pasean pumas en traíllas, inundadas de altas torres de cristal, en que la historia del lugar está inevitablemente plasmada en las rejas de las ventanas.
Pero el segundo párrafo me revela un aspecto cautivador. Casi inquietante. Me pierdo embelesada entre sus líneas.
Las hipótesis acerca de su interpretación se las dejo a aquellos que se acercan a Irene, y a aquellos que la dejan para no volver.


Las ciudades y el nombre. 5

Irene es la ciudad que asoma al borde del altiplano a la hora en que las luces se encienden y en el aire límpido se distingue allá en el fondo la rosa del poblado: donde es más densa de ventanas, donde se pierde en senderos apenas iluminados, donde amontona sombras y jardines y levanta torres con luces de señales; y si la noche es brumosa, un difuminado claror se hincha como una esponja lechosa al pie de las caletas.
Los viajeros del altiplano, los pastores con sus rebaños trashumantes, los pajareros que vigilan sus redes, los ermitaños que recogen raíces, todos miran hacia abajo y hablan de Irene. El viento trae a veces una música de bombos y trompetas, el chisporreteo de los petardos entre las luces de una fiesta; a veces el desgranarse de la metralla, la explosión de polvorín en el cielo amarillo de los fuegos encendidos por la guerra civil. Los que miran desde arriba hacen conjeturas acerca de lo que está sucediendo en la ciudad, se preguntan si estaría bien o mal encontrarse en Irene esa noche. No es que tengan intención de ir -y de todos modos los caminos que bajan al valle son malos- pero Irene imanta miradas y pensamientos del que está allá en lo alto.

Al llegar a este punto Kublai Kan espera que Marco hable de Irene tal como se la ve desde dentro. Y Marco no puede hacerlo: qué es la ciudad que los del altiplano llaman Irene, no ha conseguido saberlo; por lo demás poco importa: si se la viera estando en medio sería otra ciudad; Irene es un nombre de ciudad desde lejos, y si uno se acerca, cambia.
La ciudad es una para el que pasa sin entrar, y otra para el que está preso en ella y no sale; una es la ciudad a la que se llega la primera vez, otra la que se deja para no volver; cada una merece un nombre diferente; quizá de Irene he hablado ya bajo otros nombres; quizá no he hablado sino de Irene.

Italo Calvino, "Las ciudades invisibles"

sábado, 22 de marzo de 2008

Mi vida empieza aquí



Hace tiempo que quiero decir que mi vida empieza aquí, en Madrid.

A veces no tengo muy claro si realmente ha empezado, o si aún está en el prólogo.
Lo que sí sé, es que ese prólogo comenzó el día en que decidí que quería ver "The Darjeeling Limited". Decidí que ya estaba preparada para disfrutarla y absorberla, pero sobretodo, que estaba preparada tanto para afrontar la decepción como para recuperar la ilusión. Que la expectación de largos meses, aunque quizás no como yo esperaba, merecía satisfacerse.
A veces uno anhela tanto algo, que desea concienciarse para disponerse, y a menudo uno cree que no está preparado, pero lo está (uy, debería aplicarme el cuento en cuanto a otros asuntos...!!!).

Muchas cosas han cambiado desde que dejé de escribir mis infames posts crípticos en "Bye Bye Mordecai"... Es curioso que las zapatillas que ansiaba en el último post, sean las que inauguran este, ya gastadas por el tiempo y por el asfalto que les he hecho recorrer: casas de nuevos y viejos amigos, fiestas, cines, museos, parques, Lanzarote, Madrid, Lanzarote, y alguna escala que otra.

He decidido no cerrar el Fotolog. Permanecerá como testimonio de una época, sobretodo para mí misma. Además, ¡me gusta demasiado el nombre!
"Las cicatrices nos recuerdan que el pasado es real" diría Hannibal Lecter (no me pego a mí misma citando a Hannibal Lecter, pero me vino esta frase a la cabeza).



En fin, después de tanta solemnidad absurda ya puedo empezar a escribir chorradas como siempre. No prometo nada en cuanto al nivel de cripticismo, frikismo, intimismo... ^^

Chuu!!***


P.S.: El primer post era solo una prueba para ver qué tal quedaba el conjunto de colores en el blog, pero como ya me lo han comentado, me da penita quitarlo... Así que ya sabéis, hay tres Totoros, y ésos son sus nombres! :)

miércoles, 19 de marzo de 2008

Totoro

Chibi Totoro
Chuu Totoro
y... Oo Totoro!!